No importa lo que usted o cualquier otra persona haga, habrá alguien que diga que hay algo mal. Siempre que alguien viene con una buena idea, hay otra persona que nunca ha tenido una buena idea en su vida que se levanta y dice: "Oh, usted no puede hacer eso". Tom Clancy (Maryland, EEUU, 12 de abril 1947)
El sol nos olvidó ayer sobre la arena,
nos envolvió el rumor suave del mar,
tu cuerpo me dio calor,
tenía frío,
y allí, en la arena,
entre los dos nació este poema,
este pobre poema de amor
para ti.
Mi fruto, mi flor,
mi historia de amor,
mis caricias.
Mi humilde candil,
mi lluvia de abril,
mi avaricia.
Canción del Amor Lejano Ella no fué, entre todas, la más bella, pero me dió el amor más hondo y largo. Otras me amaron más; y sin embargo, a ninguna la quise como a ella.
Acaso fué porque la amé de lejos, como una estrella desde mi ventana... Y la estrella que brilla más lejana nos parece que tiene más reflejos.
Tuve su amor como una cosa ajena como una playa cada vez más sola, que unicamente guarda de la ola una humedad de sal sobre la arena.
Ella estuvo en mis brazos sin ser mía, como el agua en cántaro sediento, como un perfume que se fué en el viento y que vuelve en el viento todavía.
Me penetró su sed insatisfecha como un arado sobre llanura, abriendo en su fugaz desgarradura la esperanza feliz de la cosecha.
Ella fué lo cercano en lo remoto, pero llenaba todo lo vacío, como el viento en las velas del navío, como la luz en el espejo roto.
Por eso aún pienso en la mujer aquella, la que me dió el amor más hondo y largo... Nunca fué mía. No era la más bella. Otras me amaron más ... Y, sin embargo, a ninguna la quise como a ella.
Cada poema es único. En cada obra late, con mayor o menor grado, toda la poesía. Cada lector busca algo en el poema. Y no es insólito que lo encuentre: ya lo llevaba dentro. Octavio Paz (1914 - 1998)
No es en nosotros
donde empieza a sentirse enamorado
este amor por amor, que nada espera.
Este vago misterio que nos vuelve
habitantes de niebla entre los otros.
Este desposeído
amor, sin tardes que nos miren juntos
a través de los trigos derramados
como un viento de oro por la tierra;
este extraño
amor,
de frío y llama,
de nieve y sol, que nos tomó la vida,
aleve, sigiloso, a espaldas nuestras,
en tanto que tú y yo, los distraídos,
mirábamos pasar nubes y rosas
en el torrente azul de la mañana.
No es de ahora. No.
De lejos viene
—de un silencio de siglos,
de un instante
en que tuvimos otro nombre y otra
sangre fugaz nos inundó las venas—,
este amor por amor,
este sollozo
donde estamos perdidos en querernos
como en un laberinto iluminado.
Todos los hombre y mujeres nacen, viven, sufren y mueren; lo que nos distingue unos de otros son nuestros sueños, ya sean sueños sobre cosas espirituales o mundanas, y lo que hacemos para que estos se realicen. No elegimos nacer. No elegimos nuestros padres. No elegimos nuestra época, el país de nuestro nacimiento, o las circunstancias inmediatas de nuestra crianza. No elegimos, la mayoría de nosotros, el morir; tampoco elegimos la hora y las condiciones de nuestra muerte. Pero dentro de este reino de falta de elecciones, elegimos como vivir.
Hoy para variar quiero compartir una canción de manos de un dúo de lujo Joan Manuel Serrat y Noa. Me parece tan hermosa y conmovedora, el azar, el amor...todo está ahí.
Cuando en la noche te envuelven las alas de tul del sueño y tus tendidas pestañas semejan arcos de ébano, por escuchar los latidos de tu corazón inquieto y reclinar tu dormida cabeza sobre mi pecho, diera, alma mía, cuanto posea: ¡la luz, el aire y el pensamiento!
Cuando se clavan tus ojos en un invisible objeto y tus labios ilumina de una sonrisa el reflejo, por leer sobre tu frente el callado pensamiento que pasa como la nube del mar sobre el ancho espejo, diera, alma mía, cuanto deseo: ¡la fama, el oro, la gloria, el genio!
Cuando enmudece tu lengua y se apresura tu aliento y tus mejillas se encienden y entornas tus ojos negros, por ver entre sus pestañas brillar con húmedo fuego la ardiente chispa que brota del volcán de los deseos, diera, alma mía, por cuanto espero, la fe, el espíritu, la tierra, el cielo.
Si has construido un castillo en el aire, no has perdido el tiempo, es allí donde debería estar. Ahora debes construir los cimientos debajo de él. George Bernard Shaw (1856-1950)
Yo quisiera salvar esa distancia
ese abismo fatal que nos divide,
y embriagarme de amor con la fragancia
mística y pura que tu ser despide.
Yo quisiera ser uno de los lazos
con que decoras tus radiantes sienes;
yo quisiera en el cielo de tus brazos
beber la gloria que en los labios tienes.
Yo quisiera ser agua y que en mis olas,
que en mis olas vinieras a bañarte,
para poder, como lo sueño a solas,
¡a un mismo tiempo por doquier besarte!
Yo quisiera ser lino y en tu lecho,
allá en la sombra, con ardor cubrirte,
temblar con los temblores de tu pecho
¡y morir de placer al comprimirte!
¡Oh, yo quisiera mucho más! ¡Quisiera
llevarte en mí como la nube al fuego,
mas no como la nube en su carrera
para estallar y separarse luego!
Yo quisiera en mí mismo confundirte,
confundirte en mí mismo y entrañarte;
yo quisiera en perfume convertirte,
¡convertirte en perfume y aspirarte!
¡Aspirarte en un soplo como esencia,
y unir a mis latidos tus latidos,
y unir a mi existencia tu existencia,
y unir a mis sentidos tus sentidos!
¡Aspirarte en un soplo del ambiente,
y así verte sobre mi vida en calma,
toda la llama de tu pecho ardiente
y todo el éter del azul de tu alma!
Aspirarte, mujer... De ti llamarme,
y en ciego, y sordo, y mudo constituirme,
y en ciego, y sordo, y mudo consagrarme
al deleite supremo de sentirte
¡y a la dicha suprema de adorarte!
Una sombra tristísima, indefinible y vaga como lo incierto, siempre ante mis ojos va tras de otra vaga sombra que sin cesar la huye, corriendo sin cesar. Ignoro su destino... mas no sé por qué temo al ver su ansia mortal, que ni han de parar nunca, ni encontrarse jamás.
Mis queridos blogueros, los que me vais conociendo un poquito más ya habréis deducido que Pablo Neruda es una de mis pequeñas debilidades. Así pues, para salir un poquito del estilo habitual, hoy me apetecía compartir una lectura que me parece especialmente hermosa, me enamora la cadencia, el acento y el sentimiento desgarrador de quien la lee (me recuerda a Ricardo Darín, actor que me encanta). Lo triste es que no he podido averiguar quien es, así que si alguien lo sabe...le quedaría eternamente agradecida. Espero os guste, Que tengáis un domingo espectacular.
Ama y haz lo que quieras. Si callas, callarás con amor; si gritas, gritarás con amor; si corriges, corregirás con amor, si perdonas, perdonarás con amor.
Quizás te diga un día que dejé de quererte, aunque siga queriéndote más allá de la muerte; y acaso no comprendas en esa despedida, que, aunque el amor nos une, nos separa la vida.
Bienvenidos a mi universo personal dedicado a las lecturas de mis libros, aquí encontrarás reseñas de libros, citas literarias interesantes, novedades editoriales y mucho más. Seas Bienvenido pues a mi humilde Blog.